Ahorrará Parque Eólico de Gibara unas dos mil 800 toneladas de combustible al año

El Parque Eólico de Gibara, en la oriental provincia de Holguín, se levanta majestuoso con sus seis ciclópeas estructuras metálicas, de 55 metros de altura y 75 toneladas de peso, en el litoral norte de este territorio. En el primer mes de funcionamiento entregó más de mil megawatt. Manuel Valdés Paz. Trabajadores.

Estos gigantescos molinos de viento se mueven lentamente, impulsados por la fuerza del mitológico Eolo, que en esta franja costera sopla de forma sostenida, a más de siete metros por segundo, como promedio.

Las aspas, de 26,5 metros de largo, apenas se escuchan mientras giran nunca a más de 30 revoluciones por minuto y ponen en marcha las potentes máquinas, de tecnología española y 850 kilowatt de capacidad cada una.

Los aerogeneradores montados en el Parque Eólico Gibara 1 pueden producir en conjunto hasta 5,1 megawatt, suficientes para abastecer unas siete mil 200 viviendas, con lo que se convierte en el mayor de Cuba.

Su importancia se acrecienta porque es el primero que entrega energía eléctrica al Sistema Nacional de Distribución, pues los de Turiguanó, en Ciego de Ávila, y la Isla de la Juventud, son independientes.

Por su potencial y estar conectado a la red nacional, deviene centro escuela, donde especialistas y técnicos se entrenan en algo novedoso en la industria eléctrica, porque el nivel de generación no depende del hombre, sino del viento.

“Nosotros tenemos mucho que aprender, tanto para lograr una correcta explotación de los equipos como una adecuada transferencia de energía”, señaló al respecto su responsable, el ingeniero José Luis Pifferrer Martínez.

Destacó el alto nivel de automatización de las máquinas, cuyo funcionamiento se controla de forma computarizada desde la caseta de mando por una sola persona.

Explicó que aunque las torres no son abatibles, el mecanismo de autorregulación frena las aspas y las pone en posición de bandera en caso del paso de algún huracán por esa zona, algo poco frecuente según las estadísticas históricas.

Informó que las seis máquinas están trabajando de forma estable, sin apenas interrupciones, y generan unos tres megawatt como promedio, en correspondencia con la intensidad del viento imperante.

En el primer mes de funcionamiento, esta batería entregó más de mil megawatt al Sistema Eléctrico Nacional de energía completamente limpia, es decir, sin contaminar el medio ambiente.

El operador Luis Enrique Pérez dijo que pasaron un adiestramiento en el Parque de Turiaguanó, pero han tenido que ir aprendiendo sobre la marcha, pues son equipos diferentes.

“A pesar del elevado nivel de automatización, con sistema computarizado y todo, hay que estar atento, porque puede ocurrir un disparo accidental en la línea u otro fallo, y la máquina se bloquea”.

La nueva unidad generadora puede ahorrar diariamente alrededor de siete toneladas de petróleo y unas dos mil 800 al año, que a los precios actuales costarían casi dos millones de dólares.

Pero más allá de la significación económica del hecho, está su trascendencia ecológica, ya que esa cantidad de combustible no quemado equivale a casi 12 mil toneladas de dióxido de carbono dejadas de emitir a la atmósfera.

Esta inversión, de más de nueve millones de pesos entre el valor del equipamiento tecnológico y la construcción civil, se amortiza en un plazo de siete años, a partir de los cuales produce electricidad a un costo ínfimo.

El aprovechamiento de la energía eólica en la producción de electricidad, constituye una alternativa en vías de desarrollo en Cuba, como una fuente segura para producir corriente a bajo costo y sin contaminar el medio.

Atendiendo a ello y las potencialidades eólicas de esta franja costera, este año se montará el Parque Gibara 2, de tecnología china y 4,5 megawatt, y se proyectan para el futuro otros dos de mayor capacidad.